La Asociación Argentina del Presupuesto Público (ASAP) advirtió que el presupuesto nacional de 2025, prorrogado de 2023 y 2024, podría no ser suficiente para cumplir con los objetivos fiscales del Gobierno si se mantiene el ritmo actual de gasto. A junio, la ejecución alcanzó el 45%, superando el promedio histórico del 40% para el primer semestre de los últimos diez años, lo que representa el nivel más alto en una década. Este escenario, influenciado por la fórmula de ajuste previsional, podría obligar al Ejecutivo a reducir el gasto o buscar nuevos ingresos para mantener el superávit del 1,6% del PBI proyectado.
Según el informe de ASAP, el primer semestre de 2025 cerró con un Resultado Financiero positivo de $13,93 billones y un Resultado Primario de $19,03 billones, impulsados en gran medida por las utilidades excepcionales del Banco Central registradas en abril. Sin embargo, al excluir estas utilidades, los resultados se moderan: el Resultado Financiero cae a $1,64 billones y el Primario a $6,73 billones. “Si se excluyen dichas utilidades, se mantiene el carácter superavitario de ambos resultados, pero en un nivel más bajo: el Resultado Financiero pasa a ser de $1,64 billones y el Primario de $6,73 billones”, detalla el reporte.
En términos de ingresos totales de la Administración Pública Nacional (APN), sin considerar las utilidades del BCRA, el Resultado Financiero del primer semestre representó el 2,3% de esos recursos, un 1,5% más que en el mismo período de 2024 (0,8%). Comparado con 2023, cuando el déficit equivalía al 34,5% de los ingresos totales, el cambio en las cuentas públicas es notable, según ASAP.
A lo largo del año, el Gobierno implementó varias modificaciones al presupuesto prorrogado. La Decisión Administrativa 3/25, aprobada por el Jefe de Gabinete, ajustó los gastos y recursos a inicios de 2025 mediante el Decreto 1131/2024. Posteriormente, el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 186/25 redujo gastos por $8.075 millones, mientras que la Decisión Administrativa 10/25 incrementó los créditos en $24.800 millones. Más recientemente, el DNU 425/25 elevó los recursos en $43,86 billones y los gastos en $31,39 billones respecto al crédito vigente anterior.
A pesar de estos ajustes, ASAP estima que los $126 billones de créditos presupuestarios previstos para 2025 podrían ser insuficientes. La ejecución del 45% a mitad de año, combinada con la histórica tendencia de mayor gasto en el segundo semestre, sugiere una sobre ejecución de cinco puntos porcentuales. Además, las leyes fiscales aprobadas en el Senado, como el aumento de jubilaciones, podrían requerir nuevas modificaciones presupuestarias, complicando aún más el panorama.
El análisis de ASAP destaca que, aunque el presupuesto se mantiene dentro de los parámetros previstos por ahora, el ritmo de gasto actual pone en riesgo el cumplimiento del superávit fiscal prometido. Si las tendencias persisten, el Gobierno deberá optar entre un ajuste más estricto del gasto o la ampliación de los créditos presupuestarios para garantizar la sostenibilidad financiera en 2025.